- Heilyn Arauz duplicó la productividad de su plantación de café aplicando mejores prácticas de control de plagas y enfermedades, podas y cosecha selectiva.
Heilyn Arauz, originaria de El Coyolar, Matagalpa, Nicaragua, comenzó a cultivar café a los 20 años, siguiendo los pasos de su padre, quien dedicaba su vida a este cultivo. Para Heilyn, el café es mucho más que un negocio; es una herencia familiar que representa un tesoro, un medio para mejorar la vida de su familia.
Sin embargo, a pesar de su pasión por el café, Heilyn enfrentó varios desafíos, como el cambio climático y los ataques de plagas que amenazaban la productividad de su finca. Sabía que sin una preparación adecuada, sus cultivos serían vulnerables y tendría pérdidas económicas.
En 2022, decidió unirse al programa MOCCA, que esta zona del país, trabaja en alianza con Aldea Global. En los entrenamientos, Heilyn aprendió valiosas técnicas como la cosecha selectiva, podas, elaboración de abonos orgánicos y control integrado de plagas y enfermedades. Uno de los aprendizajes que más le interesó fue el uso de injertos con la técnica de topworking, por ser una novedosa práctica que permite realizar injertos en café, sin dejar de producir.
MOCCA es una iniciativa financiada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), a través de su Programa de Alimentos para el Progreso (Food for Progress Program), que busca mejorar la productividad agrícola y expandir el comercio de productos agrícolas. El programa MOCCA es ejecutado por un consorcio liderado por TechnoServe, Lutheran World Relief lidera las actividades del programa cacao.
Gracias a estas buenas prácticas, Heilyn duplicó su productividad, pasando de 40 a 80 quintales de café en 1.5 manzanas de terreno. Este incremento no solo le proporcionó mayores ganancias, sino que también mejoró la calidad de vida de su familia. Con los ingresos obtenidos, pudo renovar las instalaciones de su casa, garantizar mejor salud y alimentación para sus hijos e invertir en su plantación de café.
Heilyn se siente muy orgullosa de ser una mujer productora de café, con una hija de 12 años y un niño de 5, Heilyn sueña con que sus hijos sigan sus pasos, aprendan y se preparen para el futuro. “Quiero que mi hija sea una mujer profesional, que luche por sus sueños”, finaliza.