- En el departamento de El Paraíso (Honduras), la caficultora Delfa Mondragon incrementa en un 60% su productividad, implementando prácticas de manejo de tejidos y abonos orgánicos en su plantación.
- En alianza con el Beneficio de Café Montecristo S.A. (Becamo), se brinda asistencia técnica a más de 4 mil 900 caficultores de Honduras.
A sus 70 años, Delfa Mondragón, productora de café originaria de Danlí, El Paraíso, Honduras, se destaca como una figura inspiradora. Aunque la tradición de su familia siempre había estado vinculada al cultivo del café, en el 2008 Delfa comenzó su propia parcela, desafiando las expectativas de género que predominaban en su comunidad.
Para Delfa, viuda y madre de 8 hijos, el cultivo del café no se trata solamente de un medio de subsistencia, sino de una pasión que la conecta profundamente con la naturaleza. “Estar en contacto con la naturaleza me llena de vida y energía”, comenta con una sonrisa mientras observa las montañas cubiertas de cafetos.
A pesar de su entusiasmo, Delfa enfrentó numerosos desafíos. Las plagas, las enfermedades en las plantas, la falta de mano de obra y los efectos del cambio climático amenazaron sus cosechas año tras año. Pero Delfa no se dejó vencer. Su determinación de mejorar la producción y cuidar de su finca la llevó a buscar nuevas formas de aprender y adaptarse.
MOCCA es una iniciativa financiada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), a través de su Programa de Alimentos para el Progreso (Food for Progress Program), que busca mejorar la productividad agrícola y expandir el comercio de productos agrícolas. El programa MOCCA es ejecutado por un consorcio liderado por TechnoServe, Lutheran World Relief lidera las actividades del programa cacao.
En agosto del 2022, Delfa se unió a los entrenamientos del programa MOCCA, con la misión de adquirir nuevos conocimientos y técnicas para mejorar su plantación de café de 6 manzanas, de las cuales 3 están en producción y las 3 restantes en renovación.
“En los entrenamientos de MOCCA aprendí técnicas como el manejo de tejidos en las plantas y la elaboración de abonos orgánicos. En pocos años, pasé de producir 60 quintales de café (20 quintales por manzana) a producir 100 quintales (33 quintales por manzana aproximadamente), un aumento que no solo mejoró mi productividad, sino también mis ingresos”
Delfa Mondragon
Productora de Café
El Paraíso, Honduras
Delfa ha invertido parte de sus ganancias en mejorar la infraestructura para el beneficiado del café y ha comenzado a construir otra casa para tener un espacio más cómodo para ella y su familia.
Becamo: financiamiento para impulsar renovación y rehabilitación de cafetales
Becamo estableció una alianza con MOCCA, por medio de la cual se han entrenado a más de 4 mil 900 productores de café (32% mujeres), con el propósito de que aumenten su productividad, calidad y rentabilidad. Paralelamente, Becamo ha dispuesto líneas de financiamiento para los productores que hacen parte de su cadena de suministros en:
- Adquisición de insumos
- Pago de mano de obra
- Adquisición de equipos para procesamiento de café
- Renovación de café
“En el 2023 me otorgaron un crédito de 10 mil Lempiras (USD $400). Fue una gran ayudar porque utilicé el dinero para invertir en fertilizantes para mi cafetal” expresa Delfa.
Aunque en su comunidad las mujeres han sido tradicionalmente relegadas al cuidado del hogar y la crianza de los hijos, Delfa decidió seguir otro camino. Su valentía y determinación la han convertido en un ejemplo para otras mujeres, incluyendo a sus propias hijas, que ahora también están involucradas en la producción de café.
Además, Delfa aprovecha cualquier oportunidad para compartir los conocimientos aprendidos con otros productores vecinos, ayudándoles a enfrentar los mismos retos que ella un día enfrentó. “Todos en mi comunidad merecen la oportunidad de mejorar. Si yo puedo hacerlo, ellos también”, afirma.
Hoy en día, Delfa Mondragón no solo es una productora exitosa, sino un símbolo de perseverancia y superación. Su historia es un testimonio del poder de la educación y el esfuerzo continuo para transformar vidas, tanto la suya como la de quienes la rodean. Y mientras Delfa sigue trabajando su tierra con la misma pasión que hace años, está decidida a seguir aprendiendo y creciendo, sabiendo que el legado que deja va más allá de una finca: es una lección de vida para toda su comunidad.