- Productores de café de Huehuetenango incrementaron su productividad en un 40% gracias a las prácticas aprendidas en los entrenamientos de MOCCA.
- En Huehuetenango, MOCCA trabaja en alianza con la empresa ofi, para entrenar en buenas prácticas agrícolas y facilitar acceso a mejores mercados a más de 9 mil 800 productores de café.
Oscar Pérez y María Díaz, una pareja trabajadora y soñadora, viven con sus dos hijos en San Pedro Necta, Huehuetenango, Guatemala. Durante años trabajaron como empleados en una finca cafetalera, pero siempre anhelaron algo más: tener su propia plantación de café.
Después de una década de esfuerzo y ahorro, lograron adquirir su propia finca. Sin embargo, convertir ese sueño en una fuente sostenible de ingresos presentó desafíos. “Conocíamos algunas prácticas empíricas, pero nos faltaba conocimiento técnico para mejorar nuestra productividad”, recuerda Maria.
En los primeros años, enfrentaron dificultades con la fertilización y el manejo de su plantación. “Por ejemplo, antes no sabíamos cómo fertilizar correctamente, dañábamos las raíces y eso reducía nuestra productividad. Además, gastábamos más dinero del necesario”, comenta María.
MOCCA es una iniciativa financiada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), a través de su Programa de Alimentos para el Progreso (Food for Progress Program), que busca mejorar la productividad agrícola y expandir el comercio de productos agrícolas. El programa MOCCA es ejecutado por un consorcio liderado por TechnoServe, Lutheran World Relief lidera las actividades del programa cacao.
Oscar y María se unieron al programa MOCCA, motivados por adquirir nuevos conocimientos técnicos que les permitieran mejorar el manejo de su plantación de café. Aprendieron técnicas de poda y fertilización, lo que mejoró significativamente la salud y el rendimiento de sus plantas. También implementaron un laboratorio de abonos orgánicos en su finca, fabricando fertilizantes naturales que redujeron costos y mejoraron la calidad de su café.
“Antes cosechábamos 14 quintales de café pergamino por manzana. En la última cosecha alcanzamos 20 quintales, y este año esperamos llegar a 24”, afirma Oscar con orgullo.
Gracias a este crecimiento, Oscar y María han podido invertir en su hogar, asegurar una mejor alimentación y brindar educación de calidad a sus hijos. Para ellos, su finca no es solo un negocio, sino un legado familiar y un ejemplo de cómo el esfuerzo y la planificación pueden transformar vidas.
Oscar y María no solo han alcanzado su sueño, sino que se han convertido en inspiración para otros productores de su comunidad, demostrando que el conocimiento y la dedicación pueden abrir nuevas puertas.